viernes, 23 de marzo de 2012

Capitulo 7

________ hizo un esfuerzo por no oír. Ya tenía bastante con lo que había ocurrido anteriormente. No quería saber nada de él. Zayn no tenía una sola virtud que pudiera conmoverla. Cinco años atrás sin embargo había sentido una gran atracción por él. Había elegido entonces con el corazón, no con la cabeza.
- ¡________! – volvió a golpear Zayn con impaciencia.
No era un hombre que respetase a las mujeres. Iba detrás de todas ellas, rubias, morenas, daba igual. Eso sí, todas tenían piernas largas, pechos imponentes y caderas sobresalientes. ________ no tenía ninguno de esos atributos, y alguna vez había sido un tormento para ella, ya que la imagen que tenía de sí misma, débil e insegura, no se había visto beneficiada con esta carencia.
Pero tenía muchas otras virtudes. Y debía agradecerle a Kevin el haberlo descubierto. Kevin le había enseñado a valorarse, poniéndola en primerísimo lugar. Él la había ayudado a aceptarse a sí misma. En cambio Zayn siempre la había humillado y despreciado. ¿Y ahora por qué tenía que sentirse culpable? ¿Acaso no había pagado ya los pecados de su padre?
Cuando estaba cerrando la ducha y alargando la mano para alcanzar la toalla, un golpe enérgico tiró la puerta abajo. Ésta quedó pendiendo de la bisagra, y dejó la figura de Zayn al descubierto. Su cuerpo vigoroso ocupando la puerta de la habitación.
- ¿Para qué te has encerrado aquí? – preguntó furioso.
- ¿Te has vuelto loco? – ________ se sentía intimidada por la presencia de él, pero también estaba furiosa.
- ¡Me hicieron responsable de tu bienestar!
¿Se refería a su bienestar o a su propia seguridad? ¿Era por ello que había tirado la puerta como un hombre de las cavernas? ¿Tenía miedo de que se hubiese tirado por la ventana o de que fuera a hacerlo? Evidentemente esto último lo hubiese puesto en un aprieto.
________, echándole una mirada de incredulidad, comenzó a recoger su ropa.
- Tu piel tiene el color de las camelias – dijo él.
Zayn estaba mirando descaradamente, algo que la turbaba terriblemente.
- Tira la toalla – le exigió.
________ no podía creer lo que oía. Pero Zayn esperaba que su orden fuese cumplida. Lo demostraba en su gesto expectante.
________ sintió que se le secaban los labios, que sus pulmones se quedaban sin aire, que un calor asfixiante se apoderaba de su cuerpo entero. Sus pechos de pronto se volvieron pesados, sus pezones se irguieron volviéndose más sensibles.
- Eres tan pequeña, pero guardas unas proporciones tan perfectas... – musitó él en el denso silencio. ________ no podía creer lo que oía de la boca de Zayn. Éste era un Zayn que ella jamás había conocido, pero que de algún modo siempre había sospechado que podía existir. Era un hombre que despedía una vigorosa sexualidad. Había algo peligrosamente fascinante en la corriente sexual que emanaba de él, algo atávico y elemental. Daba la sensación de ser depredador como él mismo se había nombrado alguna vez con candor. Y lo era, ahora ella lo podía comprobar.
- ¿Me disculpas? Voy a vestirme, si no te importa – murmuró ella inexpresiva.
- ¿No hablarás en serio, verdad? – dijo él como si ella fuera la que se estaba comportando de modo extraño.
________ estaba indignada. Zayn podía dejar de lado el odio y el resentimiento que había entre ellos y pensar en el sexo. ¿Por qué? ¿Por qué estaba medio desnuda solamente? Parecía que la libido de Zayn despertase con poca cosa.
- Quiero vestirme – insistió.
- Eres tímida. Pero me has estado esperando durante mucho tiempo – dijo él con satisfacción.
________ rió. No pudo evitarlo. Era una risa histérica que rompía el silencio como un cristal que se rompe.
- Basta...
Se le cayó la ropa de las manos al darse la vuelta y taparse la cara con las manos temblorosas. Era un gesto histérico, descontrolado, que la asaltaba sin aviso. Estaba furiosa por su propia reacción, pero su furia aumentó aún más cuando sintió los brazos de Zayn alrededor de ella, asaltándola por la espalda. Se quedó paralizada.
Él la había empujado contra un cuerpo tibio y vigoroso, amenazándola con un contacto físico tan turbador como desconocido. No podía creer que él la estuviera tocando. Parecía algo irreal. Durante cinco años se había comportado como un leproso que se aparta. Y ahora, de repente, quería tocarla, como si estuviera en su derecho. Pero no tenía ningún derecho, y no deseaba sus manos sobre su cuerpo.
- Tal vez no sepas dónde está ese certificado. Tal vez lo haya destruido Harry. Pero quizás lo tenga alguien en sus manos esperando para activarlo como una bomba...
Las palabras que usó la hicieron temblar.
Zayn lentamente la iba dando vuelta. ________ no se había dado cuenta de lo fuerte que podía ser un hombre comparado con una mujer, hasta que Zayn la levantó del suelo como si fuese una muñeca y la apretó contra él.
Descalza no le llegaba ni al hombro, y antes de que él se inclinara hacia ella, las mejillas de ________ rozaron el pecho viril que asomaba por la camisa de seda, cuando se abrió inesperadamente su chaqueta. ________ apenas podía respirar ante la esencia de su masculinidad.
- Mírame – le dijo cortante.
- Por favor, déjame marchar – atinó a decir ella.
Zayn le tomó la barbilla y se quedó mirándola, como si no la hubiese oído.
________ sabía de los hechos acontecidos esa tarde y el ataque de furia de Zayn, habían sido apartados de su mente, y que otras necesidades le urgían en ese momento.
________ sintió un torbellino de sensaciones que jamás había sentido. Su cuerpo estaba tenso, y parecía recoger todos los estímulos provenientes de aquella atmósfera.
- Zayn... – se oyó decir, mientras sentía que sus pies se apoyaban en la alfombra.
- Hace tanto que no te oigo pronunciar mi nombre – dijo él en un tono profundo
- No... – dijo ella.
El dedo pulgar de Zayn recorrió el labio inferior de ________, haciéndola temblar. Ella intentó moverse, pero la otra mano de él la sostenía con firmeza apoyada en su espalda.
Zayn la miró intensamente, y con el pulgar separó sus labios y se internó en la boca de ella, mientras la palma le acariciaba la mejilla. Era un gesto más erótico que jamás había experimentado, y lo peor era que le estaba desencadenando una serie de reacciones físicas que reconocía como una traición de su cuerpo a sí misma.
Era evidente que él se divertía con sus reacciones, pero su mirada expresaba además una gran satisfacción. ________ lo notaba en la expresión de sus ojos.
Zayn era un maestro en las técnicas y el arte de seducir, un arte que redundaba en su propio beneficio, aumentando su propio placer. Y estaba acostumbrado a buscar ese placer siempre que afloraba el deseo.
- Quiero... – ________ no podía decir más de una palabra.
- ¿Más? – Zayn la soltó de pronto, y le sonrió -. La próxima vez que te pida que tires la toalla, hazlo, pequeña – le aconsejó suavemente.


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